lunes, 31 de octubre de 2011

¿Por qué miramos al pasado con admiración?

Muestrario Vintage

Siempre me ha llamado la atención de una forma especial la admiración de muchos por el pasado. Empezando por mí misma. Una admiración que incluso en ocasiones le hace a uno  sentir que el tiempo se equivocó y le colocó en el lugar inadecuado.

Reflexionar sobre ello me lleva de forma natural siempre a chocarme con el hecho de que la moda vintage haya alcanzado en nuestro tiempo un valor especial. Un valor que se extrapola incluso a un estilo de vida determinado.

Jarama Vintage Festival

Hace un par de días me pasé por el Jarama Vintage Festival. Un evento que, aunque en un principio no despertaba en mí ningún interés especial (lo cierto es que los coches me dan bastante igual), me llevó a retomar una cuestión en la que me he detenido varias veces.

¿Qué es lo que nos atrae del pasado? ¿Qué nos lleva a admirar, a cuidar y a mimar  objetos o recuerdos de ayer en mayor medida que nuestro propio presente? Y es que no solamente veneramos lo atemporal de lo propiamente establecido como una obra de arte: palabras que hicieron época, pinceladas que marcaron un antes y un después, edificios que albergan Historia; si no que nos aferramos al detalle para recrear otro tiempo. Detalles que además se caracterizan precisamente por su fugacidad y naturaleza efímera: la moda. 

Es precisamente este punto lo que introduce -al menos en mí- interés a la reflexión. En tiempos impacientes, en los que prima lo actual y el ritmo natural de las cosas queda marcado por el de la información, el de los objetos y su consumo, el sujeto adopta una actitud de flâneur de la Historia. Es esta actitud la del trapero que acumula retales y dispone de ellos a su antojo en busca de una composición desmitificada y alentadora de otras realidades. Es la actitud del trapero que busca y vagabundea en un entorno melancólico desprovisto de toda lógica racional y plagado de relativismo. ¿Acaso llevar un vestido años 20 nos lleva a añorar sus acontecimientos? ¿Si nos ponemos un vestido con cierto aire setentero, extrañamos esa época en realidad?

Decía Simmel que ‘cuanto más nerviosa es una época tanto más velozmente cambian sus modas’. Si eso es cierto, ¿a qué punto habríamos llegado ahora que conviven todas al mismo tiempo? 

La moda otra vez como metrónomo cultural. Una forma de vida ('vida como el movimiento y el esfuerzo por el que nuestra conciencia busca ajustar un contenido a una forma; forma como orden plástico, modificable, vivo, una dirección y una tendencia más que una cosa') que en un proceso de traducción es capaz de significar las formas que adopta una época*.

En algún lado leí, hace ya tiempo, que vintage era el espacio en el tiempo al que todos queremos volver, pero yo creo que más bien, es el espacio en el tiempo en el que todos nos queremos desenvolver. Al margen de lo establecido, reciclando momentos (pero solo los mejores).






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